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Tratamiento del SIBO y tratamiento del LIBO, uno de los máximos exponentes profesionales del país da sus claves para mejorar las tasas de éxito terapéutico

El licenciado en medicina, especialista en farmacogenética y nutrigenética y experto en microbiota, Dr. Fernando Ruger Viarengo, es el profesional recomendado para aclarar dudas sobre un tema creciente en la actualidad que parece una nueva enfermedad: el SIBO o sobrecrecimiento bacteriano. La Clínica UMEBIR es especialista en resolverla con resultados excelentes.

¿Qué es el SIBO, una nueva enfermedad?

En Clínica UMEBIR llevamos 9 años y en el 2023 cumplimos nuestra primera década dedicados al estudio de la microbiota y a su modulación terapéutica. Somos el primer centro europeo dedicado a esta área de la asistencia e investigación, por lo que para nosotros no es algo nuevo. Estas dos patologías o trastornos son el sobrecrecimiento de bacterias a nivel de intestino delgado, SIBO por sus siglas en inglés, y en intestino grueso LIBO, por sus siglas en inglés. No se tratan de nada nuevo, sino que cuánto más conocemos sobre la microbiota, sabemos dónde deben estar cada tipo de bacterias y en qué cantidad y ante cualquier cambio de estos parámetros, acompañado de síntomas, podemos darle un diagnóstico adecuado. Es decir, el tratamiento de SIBO y tratamiento de LIBO en nuestra clínica forma parte de nuestro trabajo desde hace casi una década.

¿Cómo se diagnostica?

En Clínica UMEBIR seguimos un protocolo de la línea americana. EE. UU. es de los primeros países en el desarrollo de protocolos diagnósticos y terapéuticos para este tipo de patologías, es muy importante la historia clínica, la entrevista y valorar la evolución y los síntomas del paciente, como también los diferentes tratamientos que ha realizado y sus resultados. Sobre todo, porque en EE. UU. utilizan 4 gases en las pruebas: CO2 como parámetro de calidad de la muestra, hidrógeno, metano y sulfuro de hidrógeno, pero en España solo utilizamos el dióxido, el hidrógeno y metano, en el mejor de los casos. Seguimos viendo, lamentablemente, exámenes solo de hidrógeno y con menos de 180 minutos, que evidentemente no sirven para nada. Ya haciéndolo con 3 gases y con 180 minutos, la entrevista y los síntomas muchas veces nos dan parámetros para poder diagnosticar un SIBO de sulfuro de hidrógeno, o también llamado tercer SIBO, con lo cual la consulta médica, entrevista, síntomas y exámenes de gases, no solo de lactitol o lactulosa, sino que los de fructosa sorbitol y lactosa para los que sabemos interpretarlos, junto a un examen de metabolitos orgánicos, nos puede dar una rentabilidad sustancial y diagnosticar un SIBO o un LIBO pese a tener curva de lactitol para SIBO negativa. Así y todo, seguimos viendo exámenes con solo 2 gases, en menos tiempo del adecuado o incluso diagnósticos y tratamientos antibióticos sin exámenes y en el 95% de los pacientes no vemos realizar los metabolitos.

¿Qué tipos existen?

Es una pregunta compleja, conocemos y podemos diagnosticar el de hidrógeno, metano, sulfuro de hidrógeno, pero no debemos de dejar de pensar que existen bacterias que no fermentan lactitol o lactulosa, pero si fermentan fructosa, lactosa, sorbitol y que no generan estos 3 gases sino otros los cuales no realizamos determinación. Estos SIBOS los podemos diagnosticar con pruebas de metabolitos orgánicos que nos indican una disbiosis o sobrecrecimiento, pero con curvas normales de gases o prueba de aliento, aquí los metabolitos y la clínica y entrevista son vitales.

Es relevante, como siempre les decimos a los pacientes en UMEBIR, que encontrar el nombre y apellido del trastorno es importante, pero no se puede llegar a todo ello sin una entrevista médica adecuada y sin los varios exámenes necesarios. De lo contrario, resulta imposible pautar el tratamiento de SIBO y tratamiento de LIBO de forma eficiente y adecuada.

¿Qué síntomas generan?

Muchos y diversos desde gastrointestinales, como pueden ser: gases, distensión, hinchazón, diarreas, estreñimiento, dolor abdominal, periodos de evacuación diarreica y estreñida alternante, náuseas, vómitos, reflujo, acidez, digestiones pesadas o difíciles, eructos, hipersensibilidad visceral e intolerancias alimentarias.

También existen más de 50 síntomas relacionados extra intestinales, entre ellos: cefaleas, pérdidas de memoria, neblina mental, tinnitus, visión borrosa, lengua blanca, mal aliento, dolor muscular, dolor articular, caída de cabello, intolerancia al frío o al calor, ansiedad, depresión, síndrome ansioso depresivo, edema corporal, pérdida de concentración, taquicardia, fatiga crónica y cansancio.

En nuestra Clínica UMEBIR recibimos pacientes polisintomáticos, sin haber sido estudiados adecuadamente y con afecciones incluso psicológicas por las restricciones que este trastorno mal tratado puede generar.

¿Por qué los pacientes suelen estar años para resolverlo?

No será en nuestro centro, por suerte, nuestros protocolos nos hacen especialistas en soluciones. Básicamente, esta situación es por un enfoque inadecuado tanto diagnóstico, como terapéutico. En muchos casos, directamente sigo viendo que ante algunos síntomas compatibles, se le prescriben antibióticos, pero esto no solo no cura, sino que genera resistencia. Por otra parte, una vez se llegue al diagnóstico adecuado por medio de las pruebas y la entrevista adecuada, debemos implementar un esquema terapéutico adecuado, que en ningún caso es solo antibióticos y varía del resto de alteraciones o trastornos que el paciente puede presentar más allá del SIBO o LIBO, junto a sus patologías de base.

Se debe buscar la causa del SIBO. En general, corresponde a problemas de movilidad originados en el CMM o (complejo motor migrante) una especie de red eléctrica que genera en el ayuno movimientos de limpieza de bacterias y restos de alimentos dentro del intestino, en el gran porcentaje de pacientes, esto hay que revertirlo con proquinéticos adecuados.

Debemos poner en reposo al sistema digestivo, como dejar de comer no podemos, debemos mejorar la actividad del sistema digestivo, quitarle el trabajo lo máximo posible, con enzimas digestivas adecuadas y reforzando los ácidos gástricos. Esto último mejora la digestión, alivia el trabajo y, por otra parte, restaura la barrera ácida defensiva.

Dependiendo de qué tipo de SIBO o LIBO, deberemos poner el tratamiento dietético adecuado y el tratamiento antibiótico farmacológico con refuerzo herbal adecuado y durante el tiempo adecuado. Esto no lo suelo ver en los pacientes, en el 90% de los casos tienen el antibiótico inadecuado, en dosis inadecuadas o combinaciones no sinérgicas.

Estos son los motivos por los que vemos pacientes incluso con 5, 6 u 8 años con SIBO sin resolver o con recaídas constantes. Nuestros pacientes suelen resolverlo como media en 4 ciclos, habiendo pacientes que lo resuelven en 2 y otros en 6, dependiendo básicamente del tiempo que lleven con el trastorno y los malos esquemas terapéuticos que generen resistencia. El tratamiento de SIBO y tratamiento de LIBO es posible realizarlo con seguridad médica y de forma adecuada lo que asegura mayores tasas de éxito.

¿Por qué se produce?

Como he dicho anteriormente, la mayoría de los pacientes tienen trastornos del CMM complejo motor migrante. Es una especie de red eléctrica del intestino que genera movimientos de limpieza en el ayuno. Esto puede verse alterado por reacción autoinmune, por cirugías abdominales, por problemas mecánicos en el abdomen, por adherencias, por problemas neurológicos del sistema nervioso autónomo, por incompetencia de la válvula ileocecal, por estreñimiento crónico, entre otros motivos de hábitos como una alimentación inadecuada, consumo de probióticos innecesarios o sin respaldo científico de estudios de las cepas utilizadas. Los motivos pueden ser varios y debemos incidir en ellos, en UMEBIR el 86% de nuestros pacientes tienen clínica compatible con disfunción del CMM y, de ellos, un 50% posibilidades de que su disfunción sea a consecuencia de intervención del sistema inmune. Aunque el origen suele ser pluricausal.

¿Se puede recaer?

Sí, sobre todo cuando los esquemas de diagnóstico y terapéuticos son malos, inadecuados, incompletos y no se busca la causa y se trata. También cuando no se continúa con los dos pasos fundamentales para evitarlos. El primero es realizar la fase de modulación terapéutica de la microbiota y el otro continuar con un esquema de suplementación preventiva por unos meses, posterior a la negativización, como los que utilizamos en UMEBIR debido a nuestra amplia experiencia en este trastorno.

Con un tratamiento de SIBO y tratamiento de LIBO adecuado, con seguridad y respaldo médico y científico en cada paso que se da, no se anulan las posibilidades de recaída, pero se disminuyen en un porcentaje sustancial con respecto a realizar tratamientos mal instaurados, incompletos o recomendados en grupos de Facebook o por un nutricionista, que legalmente solo puede prescribir la dietoterapia, pero en ningún caso prescribir pruebas, interpretarlas, diagnosticar y mucho menos medicar, ni tan siquiera con suplementos que no sean bajo receta, ya que también tienen contraindicaciones y efectos adversos, que deben tenerse en cuenta. Para ello se debe tener no solo la habilitación legal para hacerlo, sino la herramienta académica del conocimiento para realizarlo. O, aún peor, tratamientos confeccionados o indicados por personal no sanitario como terapeutas o PNI, que más allá del riesgo para la salud que puede generar en el paciente la prescripción de suplementos por personal no capacitado ni habilitado legalmente para ello, vemos luego consecuencias en la consulta que muchas veces son irreversibles, por lo que el mejor consejo es acudir a un médico colegiado y formado en esta área.

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