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Visitas guiadas a productores, todo lo que pueden aportar al desarrollo de una educación con valores

La comunidad de ocio y turismo formada por productores de España, Fabricando Experiencias, promueve que los niños crezcan conociendo de cerca el trabajo que hay detrás de los productos nacionales.

Es fundamental que los más pequeños reciban una educación centrada en valores, que les ayude a tomar las decisiones más adecuadas para convertirse en adultos felices y responsables. Esta educación no se limita a la enseñanza de materias y aprendizaje de datos en la escuela. Existen otras maneras de generar impacto en el desarrollo educativo de los más pequeños como las visitas guiadas a productores y actividades educativas, donde se fomenta su curiosidad, inquietud y creatividad.

La motivación por conocer lo que les rodea es el motor del aprendizaje

La infancia es la etapa en la que los niños muestran gran curiosidad y aprenden sobre el mundo que les rodea, dejándose llevar por las emociones. Empiezan a adquirir los hábitos y costumbres que sentarán las bases de su comportamiento a lo largo de la vida.

Es en este momento cuando deben ir guiados por padres y profesores para orientarles en su camino. Pero no tienen por qué ser los únicos. Existen otras personas cuyos conocimientos, aprendizajes y valores favorecen el desarrollo de los niños. Se trata de los productores artesanos. Personas que desempeñan con esfuerzo sus oficios para dar vida a los productos.

“Dar la posibilidad a los más pequeños de que crezcan conociendo de cerca el origen y el trabajo que hay detrás de los productos les permite obtener valores claves en su educación como la importancia del trabajo en equipo, entusiasmo, creatividad y respeto por las tradiciones y medio ambiente”, comenta Marisa Ayllón, fundadora de Fabricando Experiencias.

Añade que “se necesitan herramientas por parte de toda la sociedad para fomentar ese conocimiento. Los niños son capaces de identificar un cuadro como Las Meninas, porque el arte se estudia dentro de las aulas y también fuera de ellas en los museos y salas de exposiciones. Sin embargo, muchos de ellos no conocen el proceso de elaboración del aceite, porque no es algo que estudien desde pequeños o puedan aprender fácilmente fuera de la escuela”, concluye su fundadora.

Valores que aportan a la educación las visitas a productores

Desde la comunidad, señalan qué valores educativos están presentes en las visitas a productores:

1. Curiosidad, nuevas inquietudes, creatividad y aprendizaje

Las visitas activan la insaciable curiosidad de los niños. Es un momento perfecto para acercarles a los productos artesanos y que conozcan de dónde procede la leche, yogures o huevos que toman habitualmente.

“Si nunca antes han visto de cerca un huerto, un árbol frutal o han probado el yogur fresco no sentirán curiosidad por ello. Sin embargo, si tienen la posibilidad de ver una finca de manzanas y el productor les enseña su procedencia, su crecimiento en el árbol y después las prueban, a partir de ahí crean una conexión entre el campo y el mundo que les rodea”, señala Ayllón.

2. Trabajo en equipo, integración, socialización, esfuerzo y superación

Estos valores están presentes, por ejemplo, al visitar una granja o finca ganadera donde se ofrece a los niños la posibilidad de conocer las tareas diarias de un pastor, ganadero o quesero. El contacto con los animales estimula al niño fomentando su sociabilidad y activando todos sus sentidos.

3. Respeto por las costumbres y tradiciones

El contacto con los productores permite poner en valor las cosas hechas desde el cariño, de manera artesana y sin prisas. La autenticidad está presente en todo momento porque, tal como comenta su fundadora, son los propios productores los que les descubren el trabajo que se esconde detrás.

4. Educación medioambiental

Respeto por la sostenibilidad y el entorno. Los productores artesanos tienen muy en cuenta la importancia de cuidar el planeta y fomentar el proceso de economía circular.

5. Educación nutricional

La alimentación influye de una manera decisiva en el proceso de desarrollo de los niños. Las visitas a productores les ayudan a concienciarse de la necesidad de alimentarse correctamente para que este proceso de desarrollo y crecimiento se produzca de manera satisfactoria, evitando enfermedades futuras.

6 actividades divertidas y educativas que ayudan a la educación con valores

Desde Fabricando Experiencias proponen 6 divertidas experiencias para disfrutar de los valores en familia.

1.Recolectar frutas y hortalizas directamente del huerto o el árbol en Huerta Clarita (Villa del Prado) y mostrar todo el proceso de cultivo y recolección de hortalizas y frutas.

2.Conocer el proceso de elaboración de quesos y otros lácteos desde su origen, con el ordeño de las ovejas, de la mano de Antonio y Emi en Quesos Marqués de Mendiola (Ciempozuelos).

3.Meter las manos en la masa y descubrir cómo se elabora un pan de masa madre y bollería artesana. Obrador San Francisco y Croûton (ambos en Madrid capital) ofrecen la oportunidad de hacerlo posible.

4.Cuidar de las abejas como un auténtico apicultor con Javier y sus colmenas de Miel El Jabardo (Robledillo de la Jara).

5.Trabajar el barro conociendo cómo es el proceso completo de creación de una pieza de cerámica gracias a Eva en el taller Eva’s Sand (Torrelodones).

6.Pasear entre olivos ecológicos y catar uno de los mejores aceites de oliva virgen extra. Pedro y Pilar de Oleum Laguna (Villaconejos) lo hacen posible.

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