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La Covid-19 dispara la demanda de servicios de factura electrónica y firma digital

La crisis sanitaria del coronavirus ha dibujado un nuevo panorama en el tejido empresarial español: tras el frenazo inicial provocado por el virus, las empresas españolas han impulsado sus proyectos de transformación digital. Más allá de la implementación del teletrabajo, las compañías están interesándose por otro tipo de herramientas que les permiten seguir con su actividad comercial desde cualquier lugar y que ofrecen una disponibilidad total.

Gracias al uso de la factura electrónica, empresas como Iberdrola o Siemens Gamesa han mantenido al 100% su actividad comercial y otro tanto ocurre con cientos de miles de empresas de todos los tamaños y sectores que han podido recibir y enviar facturas, algo prácticamente imposible con las facturas tradicionales en papel. En la actualidad, más del 60% de los países de todo el mundo hacen uso de la factura electrónica y se espera que tras la pandemia este porcentaje continúe al alza.

La factura electrónica ofrece múltiples ventajas que le convierten en un elemento tractor de la digitalización. Gracias a sus funcionalidades y a la mejora de la gestión que produce en la empresa, éste se anima contratar más servicios y soluciones digitales destinadas a dar continuidad a otras áreas del negocio.

El auge de la firma digitalLa firma digital también se presenta como una herramienta fundamental para la continuidad comercial de las empresas. Su uso evita desplazamientos innecesarios y facilita y agiliza multitud de trámites, tanto entre empresas como con las Administraciones Públicas. “En los últimos meses – señala Alberto Redondo, CMO de SERES para Iberia y LATAM – la demanda de Contralia, nuestra solución de firma digital, ha crecido significativamente entre empresas de diferentes sectores de actividad como RRHH, logística, banca, seguros, despachos de abogados, etc.”

Actualmente se calcula que el porcentaje de empresas españolas que ha iniciado un proceso de transformación digital se sitúa entre el 40 y el 45%, “lo que supone -concluye Alberto Redondo- que más de la mitad de las empresas está sin digitalizar. La crisis de la Covid-19 está demostrando que su impacto es menor si el negocio esta digitalizado y para las empresas debe ser una prioridad incorporar nuevas tecnologías a sus procesos habituales”.

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